¿ Hipersensibilidad Electromagnética?
Algunas personas aseguran ser «hipersensibles» a los campos electromagnéticos. Los síntomas que reportan incluyen dolores, cefaleas, depresión, letargo, nerviosismo, entre otros. Sin embargo, actualmente hay poca evidencia científica que respalde la existencia de esta hipersensibilidad. A pesar de esto, el número de casos reportados de sensibilidad a los campos electromagnéticos aumenta cada año, y se cuestiona desde varios sectores la seguridad de la exposición a estos campos para ciertas personas.
Investigar en este ámbito es complicado porque, además de los posibles efectos directos de los campos electromagnéticos, también pueden influir respuestas subjetivas. Hasta ahora, los científicos no han identificado ningún mecanismo biológico que explique la hipersensibilidad a los campos electromagnéticos. No obstante, actualmente se están llevando a cabo más estudios sobre este tema.
Si cree que es sensible a la contaminación electromagnética, le recomendamos tomar medidas para reducir y minimizar su exposición a los campos electromagnéticos tanto como sea posible, ya que no existe un umbral definido a partir del cual se puedan atribuir los síntomas a exposiciones de baja frecuencia a estos campos.
La sensibilidad electromagnética tiene ya tratamiento de discapacidad en Suecia, y en Austria han establecido directrices para su tratamiento, mientras que Francia prohibió hace unos años redes de wifi en las guarderías.
Nuevos tipos de Enfermedades
A menudo escuchamos que, para que se desarrolle el cáncer en un ser humano, debe haber una lesión en su ADN y que aparentemente, la radiación emitida por una antena de telefonía o un teléfono móvil no causa ninguna mutación.
Esta afirmación es superficial y engañosa, ya que una antena de telefonía y un teléfono móvil no están aislados en esta nueva y saturada realidad electromagnética. Estos dispositivos se suman, tanto en el ámbito social como familiar, a otras antenas de telefonía móvil, torres de transmisión, redes wifi y wi-max, cables de tendido eléctrico y otros artefactos magnéticos, eléctricos y electrónicos. Además, hay que considerar que cada vez hay más tecnología y aparatos emisores de radiación electromagnética en nuestro entorno.
En estas condiciones, el cáncer no es el único riesgo, ya que diariamente estamos expuestos a emisiones de antenas inalámbricas, las cuales pueden provocar síntomas como: ruidos en los oídos, insomnio, fatiga, dolores de cabeza, mareos, problemas de memoria, desequilibrio físico y dificultad para concentrarse.
Muchos estudios relacionan el entorno electromagnético con daños a los genes humanos, lo que genera efectos adversos en el sistema inmunológico, reduciendo la protección contra ciertas enfermedades, como reacciones alérgicas y enfermedades de la piel en algunos casos.
Como hemos dicho anteriormente, no podemos ignorar el llamado Síndrome de Sensibilidad Electromagnética, que afecta a personas hipersensibles a estos campos.
No deberíamos seguir llamando mito a estas preocupaciones científicas, ya que se trata de investigaciones médicas serias y no de opiniones políticas, que consideran la realidad como el resultado de una votación o referendo. Todo gobierno responsable tiene un deber fundamental: proteger a la población. No es adecuado politizar y tildar de mito algo que se convierte día tras día en una realidad alarmante.
Los médicos también son conscientes de que patologías como las mencionadas tienden a ocultarse, minimizarse o mitificarse debido a los grandes intereses económicos de los fabricantes de dispositivos que emiten radiación electromagnética. Las maravillas tecnológicas del siglo XXI constituyen una industria en pleno crecimiento que genera miles de millones de euros. Incluso hay médicos especialistas que han sido capaces de fabricar estudios para defender los ingresos económicos de los fabricantes de teléfonos móviles, restando importancia a los efectos nocivos de los dispositivos que producen.
Los gobiernos de Europa y del mundo juegan un papel fundamental en la regulación de nuevos límites para este tipo de radiaciones electromagnéticas y su incremento desmesurado debido a la aparición de nuevas tecnologías.
No es aceptable que se construyan nuevas líneas de alta tensión e instalaciones eléctricas que expongan a las personas a ambientes de radiación a niveles peligrosos.
